Dices que escribir es como llorar
y últimamente lo hacemos mucho.
Las lágrimas caen
sólidas como fragmentos
de rocas de iridio.
Todo este tiempo que hemos perdido.
Después de estos versos
y de nuestra propia existencia,
quedará guardado este amor
que nunca llegó a manifestarse
ni con gestos, ni palabras;
por si algún día no recuerdo
por qué hemos llorado tanto.
Tú, en el silencio de la noche,
yo sobre un papel en blanco.
A mi padre
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