Con los pies juntos,
para no enredarme con las sombras,
avanzo por la senda
de tu jardín.
Podríamos jugar a recrear la luz
de las luciérnagas,
y en el aire dibujar los hilos
que me lleven hasta ti..
Con los ojos cerrados,
para no asustarme demasiado,
me adentro muy despacio
en tu jardín.
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