“Con sus cinco sentidos básicos, los humanos pueden, según quieran, percibir, percibir deficientemente, o no percibir en absoluto.”
Peter Tompkins & Christopher Bird
(La vida secreta de las plantas)
(La vida secreta de las plantas)
Amiga Pájaro:
He comenzado a olvidarte.
No sé como sucedió,
solo sé que un día desperté sin el canto de los pájaros. Ese
sonido lo era todo para mí: un gorjeo alborotado unas veces, otras
algo más nostálgico. Yo sabía bien como diferenciarlos. Tras los
muros de esta casa, que parece replegarse sobre sí misma, los
árboles están perdiendo las primeras hojas y ya no brilla la luz
entre las ramas. No como antes.
Amiga mía... ¿Puedes
oírme? Ya no puedo sentir nada. ¿Cómo era aquello que hacía mi
corazón cuando te percibía? ¿Cómo era el sabor del aire entre los
labios? ¿Cómo era volar?
Tengo una imagen de la
copa de los árboles y otra con el vuelo de unos pájaros pero no
sirven para traerte de vuelta.
El bosque ha dejado de
ser nuestro mundo interior.
Amiga pájaro:
ResponderEliminarNo te preocupes, tiene el olvido que solo se abre paso a través del olvido del olvido. La consciencia del olvido de lo que una vez amamos no es sino la expresión de su fortaleza en nuestra memoria, los ecos presentidos tras los muros, la luz entre las ramas, las hojas resistiéndose a caer. El bosque que habita en el corazón siempre se transforma; su luz siempre se va, siempre vuelve.
También se marcha la luz,
y aguardan las infinitas
miradas de las estrellas,
toda la noche, a que vuelva.
La luz es dicha redonda.
No se va; cuando se va,
va camino de su vuelta,
a los ojos que alumbró.
La luz nunca estará muerta.
Pedro Salinas
Muchas gracias José Antonio, siempre tienes sabias palabras y bellos poemas como este.
EliminarUn abrazo.